Amazonia a contrarreloj: un diagnóstico sobre dónde y cómo proteger el 80% para 2025

Mapa 1: Áreas Prioritarias Clave en la Amazonía: Intactas, baja degradación, alta degradación y áreas transformadas. Elaboración: RAISG
Mapa 1: Áreas Prioritarias Clave en la Amazonía: Intactas, baja degradación, alta degradación y áreas transformadas. Elaboración: RAISG

 

¿Dónde estamos ahora?

La Amazonía se encuentra inmersa en una crisis o punto de no retorno debido a las altas tasas de deforestación y degradación que, combinadas, alcanzan ya el 26% de la región. El punto de inflexión debe entenderse como el comienzo de una metástasis o la destrucción irreversible del ecosistema. El punto de no retorno no es un escenario futuro sino un estadío ya presente en algunas zonas de la región. Preservar el 80% de la Amazonía hasta 2025 aún es posible, el 2030 presenta un desafío frente al estado actual de la región. Esta meta [80%] requiere medidas urgentes para salvaguardar el 74% restante (629 millones de hectáreas) de la Amazonía que son Áreas Prioritarias Clave15 Intactas (33%) y con Baja De- gradación (41%).

La investigación aborda el problema a nivel nacional en los nueve países de la cuenca y muestra que el 34% de la Amazonía brasileña ha entrado en un proceso de transformación. Así ocurre con el 24% de la Amazonía boliviana, el 16% de Ecuador, el 14% de Colombia y el 10% de Perú, que son los países con las tasas más altas. La sabanización ya es una realidad en el sureste de la región, principalmente en Brasil y Bolivia, países que concentran el 90% de toda la deforestación y degradación combinadas de la región. Los datos muestran que ambos países son responsables del 90% de la deforestación y degradación de toda la región y que comparten las invasiones o el sometimiento como principal causa de la deforestación. Este problema pone a los Estados y sus marcos legales en el centro de las soluciones.

Gráfico 2: Estado actual de la Amazonía por país (en porcentaje). Elaboración RAISG
Gráfico 2: Estado actual de la Amazonía por país (en porcentaje). Elaboración RAISG

Derechos Indígenas

Esta investigación corrobora el papel crítico de los pueblos indígenas en la protección de la Amazonía. Los Territorios Indígenas (TI) y las Áreas Protegidas (AP) son vitales para proteger la Amazonía. Entre ambos regímenes se cubre alrededor de la mitad (48%) de la Amazonía; sin embargo, la otra mitad (52%) son áreas sin ningún tipo de designación que corren el peligro de desaparecer y sin las cuales es imposible detener el punto de no retorno. La mayor parte de la deforestación (86%), tuvo lugar fuera de las AP nacionales y de los TI.

El nivel de conservación de los Territorios Indígenas es comparable e incluso superior al de las Áreas Protegidas y las áreas superpuestas entre ambos regímenes. Sin embargo, los Territorios Indígenas no cuentan con asignaciones presupuestarias de sus gobiernos. Esto se debe principalmente a la cosmovisión y el conocimiento de más de 500 pueblos indígenas distintos que han habitado la Amazonía durante milenios viviendo en armonía con la naturaleza. Reconocer el acervo cultural sobre el cual se sustenta la integridad de los ecosistemas es un factor diferenciador para afrontar la crisis climática que debe integrarse a las políticas de conservación.

Gráfico 3: Estado actual de la Amazonía por Regímenes de Gestión Territorial (en porcentajes). Elaboración RAISG
Gráfico 3: Estado actual de la Amazonía por Regímenes de Gestión Territorial (en porcentajes). Elaboración RAISG

Biodiversidad

Los pueblos indígenas salvaguardan el 80 por ciento de la biodiversidad restante del mundo. La Amazonía es megadiversidad: es el hábitat con mayor biodiversidad del mundo que acoge a 5 de los 17 países megadiversos en el planeta. Se estima la presencia de al menos unas 16.000 especies de árboles en el bioma. Hay regiones como el Parque Nacional Yasuní en Ecuador que registran, en promedio, alrededor de 260 especies de árboles en una hectárea de bosque (Pérez et al. 2014). Al incluir a los distintos grupos de organismos, la región cuenta con el 25% de toda la biodiversidad terrestre y más del 10% de todas las especies que se conocen (Mittermeier et al. 2002, Prance & Lovejoy 1985).

Alrededor de 137 especies vivas se extinguen cada día en la Amazonía debido a la pérdida de hábitat (Müller en IPOL EU 2020, 13).

Impulsores de la deforestación

El 66% de la Amazonía está sujeta a algún tipo de presión fija o permanente. Los marcos legales actuales crean condiciones para que los estados otorguen licencias en bosques intactos o TI sin el consentimiento libre, previo e informado de las poblaciones que habitan la región. La capacidad restauradora de la Amazonía se está agotando. Es necesaria una transición inmediata.

El sector agrícola es responsable del 84% de la deforestación amazónica. Las invasiones o avasallamientos, así como los incendios, están directamente relacionados a la ampliación de la frontera agrícola. La ampliación de la frontera agrícola dentro de las AP fue de 220% entre 2001-2018 y en el mismo período, de 160% en los TI. En ambos casos, se reemplazó el bosque. La industria ganadera es el mayor impulsor de la deforestación en la Amazonía. La deforestación causada por la ganadería en la selva amazónica representa casi el 2% de las emisiones globales de CO2 al año.

La minería está presente en todos los países de la Amazonía, afectando al 17% de la región. El 9,3% de toda la actividad minera se encuentra en PA y un 9% adicional en TI. El 85% de la actividad minera en TI se da en TI ya reconocidas. Actualmente, la mitad de las zonas mineras en AP y el 68% de las superpuestas en TI, se encuentran en fase de solicitud, lo que quiere decir que podría ser reversible. La minería ilegal que carece de registro se está expandiendo por toda la cuenca.

Los bloques petroleros ocupan el 9,4% de la superficie de la Amazonía (80 millones de hectáreas). El 43% de los bloques petroleros se encuentran en áreas protegidas y territorios indígenas. El 89% del crudo exportado desde la Amazonía proviene de Ecuador y su principal destino es EE.UU. Más de la mitad (52%) de la Amazonía ecuatoriana es un bloque petrolero, 31% en Perú, 29% en Bolivia y 28% en Colombia.

De las 350 centrales hidroeléctricas (CH) que operan en la cuenca, 483 están proyectadas para su futura construcción, sumando un total de 833 centrales hidroeléctricas potenciales. La construcción de proyectos hidroeléctricos altera el libre flujo de más de 1.100 afluentes que conforman la cuenca del Amazonas.

Condonación Condicionada de la Deuda

La deuda debe entenderse como un problema sistémico que entrelaza todo el quehacer de los países del Sur y del Norte. Analizar de forma separada el cambio climático, la pobreza, la inseguridad alimentaria, la deuda, la pérdida de ecosistemas y biodiversidad, la violencia y la economía en general, revela un sesgo que inhibe la posibilidad de responder a la crisis que es una sola con varios síntomas. La deuda es una de las causas estructurales de la destrucción de la Amazonía y otros ecosistemas vitales para la humanidad.

Durante la pandemia, los Estados amazónicos enfrentaron graves niveles de endeudamiento: Brasil 101% del PIB, Ecuador 65% PIB, Colombia 61% del PIB, entre los más altos. Al cierre de 2021, América Latina se situó como la región emergente más endeudada del planeta. Este resultado del shock de la pandemia, se suma a cinco décadas con al menos 50 crisis de deuda soberana y reestructuraciones de deuda soberana. Según datos de la CEPAL (2021), la deuda bruta de los gobiernos promedia el 78% del PIB regional. Tan solo el servicio total de la deuda representa el 59% de sus exportaciones de bienes y servicios.