¿Qué es la Amazonía?

Esta iniciativa 80×25 adopta la definición RAISG de Amazonia como una región que abarca nueve países, incluidos Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyane Française, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. El límite utilizado por RAISG (8.470.209 km2) es una suma de los cuatro criterios mencionados anteriormente, considerando siempre la opción más grande. Esto da como resultado una frontera formada por: i) los límites del bioma amazónico en Colombia y Venezuela; ii) los límites de la cuenca amazónica en Ecuador, Perú y Bolivia; iii) la suma de los límites de las cuencas (Amazonas y Araguaia/Tocantins) y los límites de la Amazonía Legal administrativa en Brasil; iv) la totalidad de los territorios continentales de Guyana, Guyane Française y Surinam.

¿Cuál es el punto de inflexión?

El IPCC (2019) define el punto de inflexión como cuando se alcanza la “irreversibilidad, como la degradación de los ecosistemas que no se pueden restaurar a su línea de base original”. Un grupo de científicos lo define como “la posibilidad de una muerte regresiva de todo el ecosistema debido a la deforestación solo de partes de la selva tropical”. Otros establecieron que “un punto de inflexión para que el sistema amazónico cambie a ecosistemas no forestales en el este, sur y centro de la Amazonía es una deforestación del 20-25 %”. En resumen, este término se refiere al inicio de un proceso donde el planeta pierde el mayor sumidero de carbono que sustenta la vida.

¿Por qué el 80%?

Los niveles de deforestación están llegando al 18% – solo a dos puntos del umbral de inflexión. Hacer compromisos y planes para mantener el 80% de los bosques intactos y protegidos es una prioridad global crítica que permitiría a este ecosistema funcionar como el regulador climático y de temperatura o como el corazón y los pulmones del planeta. Una meta de protección del 80% también se alinea con la necesidad de supervivencia cultural de cientos de pueblos indígenas y de millones de indígenas que dependen de bosques preservados y de sistemas fluviales para sobrevivir.

¿Por qué 2025?

La Amazonía enfrenta una crisis y no hay tiempo que perder. Salvaguardar nuestro futuro compartido requiere de acciones valientes, aún más sabiendo que las tasas actuales de deforestación y degradación pondrán el bioma en la senda de una imparable desintegración. En pocas palabras, el 2030 ya sería muy tarde.

Las metas actuales están proyectadas para cumplirse en 2030. Para ese entonces, más de la mitad de la Amazonía ya estaría destruida. Según el modelo de la WWF en 2007, “las tendencias actuales de expansión agrícola y ganadera, incendios, sequías y actividades de tala podrían deforestar o severamente dañar el 55% de la selva tropical amazónica para el año 2030”.  Lovejoy y Nobre (2019) estableció que “si la Amazonía va a seguir sirviendo como conductor del clima continental para el planeta y como un elemento esencial del ciclo global del carbono, como lo ha hecho durante milenios, no solo está incapacitada de soportar mayores niveles de deforestación sino que ahora requiere de su reconstrucción como base del ciclo hidrológico”.

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Toma acción hoy.
Firma la declaración.

Los líderes indígenas de los nueve países amazónicos invitan a las comunidades indígenas, los científicos, los gobiernos, las ciudades, las instituciones financieras y cualquier persona que esté lista para actuar por el planeta, a apoyarnos. Firmar esta declaración es un primer paso para evitar el punto de inflexión de la Amazonía y proteger el 80 por ciento para 2025.

Organizaciones que apoyan la protección del 80% de la Amazonía para 2025

Declaración